Jueves, 14 Mayo 2020 17:59

COMPROMISO vs OBLIGACIÓN Destacado

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Escribir sobre COMPROMISO en estos tiempos, me lleva al texto de Pema Chödron (Cuando todo se derrumba) cuando habla del truco de no tener elección: “No experimentamos el mundo plenamente a menos que estemos dispuestos a darlo todo. Samaya significa no quedarse con nada, no prepararnos una ruta de escape, no buscar alternativas, no pensar que tenemos mucho tiempo y podemos hacer las cosas más adelante”. ¿Con qué estamos verdaderamente comprometidos, comprometidas; con ir a lo seguro manipulando lo que tenemos a nuestro alrededor para obtener seguridad y reconocimiento, o con algo más profundo? ¿En qué nos refugiamos; en la autocomplacencia o en dar el salto que nos permita ir más allá de nuestra zona de seguridad?

 

Como siempre, me gusta jugar con la procedencia de las palabras. El diccionario define COMPROMISO como: “Obligación contraída, palabra dada, fe empeñada”. Proviene del latín compromissum, y está íntimamente relacionada con la palabra PROMESA, que se define como “Expresión de la voluntad de dar a uno o hacer por él una cosa”.

 

El compromiso nos hace libres, nos libera de las garras de las expectativas de los otros. La fórmula perfecta es que el compromiso lo compone un gran porcentaje de motivación con un menor porcentaje de obligación. Y siempre, siempre, es una acción que se asume desde la LIBERTAD. Hace que nos cargamos de energía y fuerza.

 

Así pues, mientras que el compromiso está vinculado a ese sentimiento de libertad (“quiero”), la OBLIGACIÓN tiene más que ver con el VICTIMISMO (“tengo que”).

 

En la obligación estamos forzados a hacer algo que no hemos elegido, que nos lo imponen (mi familia, el gobierno, mi pareja, la comunidad,...) Aparecen entonces los “tengo que...”, “esto es lo que hay...”, “si no lo hago yo nadie lo hace...”, “atente a las consecuencias...”

 

El compromiso es pasión, deseo y motivación para hacer lo que creemos que es mejor, mientras que en la obligación nos centramos en el peligro de no cumplir con lo establecido. ¿Nos resuena?, ¿Qué nos está pasando con el llamado “distanciamiento social”?, ¿Dónde nos situamos en esta “nueva normalidad”?.

 

En palabras de S. Lehman podemos decir que “Compromiso es lo que transforma una promesa en realidad. Es la palabra que habla con valentía de nuestras intenciones. Es la acción que habla más alto que las palabras. Es hacerse el tiempo cuando no lo hay. Es cumplir con lo prometido cuando las circunstancias se ponen adversas. Compromiso es el material con que se forja el carácter para poder cambiar las cosas. Es el triunfo diario de la integridad sobre el escepticismo”.

 

Cuando pensemos en esta distinción lingüística, compromiso vs obligación, recordemos:

 

  • Todo compromiso puede ser roto en función de las circunstancias y de forma coherente. No es un pacto de sangre! Eso también me tranquiliza.

     

  • Comprometerse significa intentar algo nuevo. Qué mejor motivación!

     

  • Cuando nos comprometemos nos alejamos del lenguaje victimista. En nuestras argumentaciones sustituimos los “pero” por “y”. “Quiero irme de viaje “y” de momento no me lo permiten”.

     

  • No se trata de manipular, evitar o huir de los “peligros”, sino de relacionarnos de una forma nueva que nos permita avanzar.

     

  • Recordar el poder del lenguaje. Cambiar los “tengo que”, por “quiero, estoy dispuesto/a”.

 

Como Coach, en los procesos de acompañamiento, mi intención es facilitar que las personas descubran las distintas opciones que tienen para relacionarse con la realidad. Con esta nueva REALIDAD. Descubrir el secreto de la FELICIDAD que, como decía Russell, consiste en que tus intereses sean lo más amplios posibles y que tus reacciones a las cosas y personas que te interesan sean amistosas y no hostiles.

 

SALUD!


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