Elementos filtrados por fecha: Junio 2020

Viernes, 26 Junio 2020 08:42

LOS "PARA QUÉ"

Retomo parte de una reflexión que hice hace más de un año a hilo de la polémica, que tantas veces nos creamos, amparada en un celo profesional casi siempre absurdo e inflado de ego.

Vamos a tranquilizarnos, decía entonces. Dejemos de ver fantasmas. ¿Que hay mucho intrusismo?, si. ¿Que hay gente aprovechada intentando sacar tajada de todo aquello que mínimamente suene a “moda”?, por supuesto. ¿Que hay profesionales estupendos y perfectamente preparados con mucho que ofrecer lejos de la titulitis?, también.

Soy Coach, desde hace algunos años; también soy Pedagoga, desde hace muchos más; y me estoy formando como terapéuta Gestalt, además de otras muchas cosas. Estoy en permanente proceso de formación y crecimiento personal y profesional. Porque sí, sin exigencias y buscando siempre la excelencia en mi trabajo.

De forma resumida puedo decir que lo que yo ofrezco es un proceso de acompañamiento a través del cual trabajo con el cliente una serie de herramientas que le den la confianza para buscar (y encontrar) por sí mismo, por sí misma, sus propias respuestas, descubrir su potencial y el camino hacia sus logros. En definitiva se trata de orientar para encontrar, provocar y gestionar los cambios en una persona que le permitan alcanzar sus metas u objetivos. La conversación y la escucha son las herramientas centrales.

Durante el trabajo ayudo a que la personal identifique sus fortalezas y cree el potencial que le permita conseguir los resultados deseados a través de un plan de acción cuyos beneficios son:

.- Aporta una estructura para el desarrollo personal que parte del establecimiento de objetivos así como del descubrimiento de las potencialidades y limitaciones.

.- Establece en el centro del proceso a la persona.

.- Se trabaja en el autoconocimiento.

.- Contribuye a cambiar la perspectiva del cliente ampliando su “mapa mental”.

.- Permite incorporar nuevas habilidades personales, profesionales y emocionales.

.- Se sustituyen creencias limitantes por potenciadoras.

.- Se fomenta la responsabilidad y la confianza.

.- Se generan posibilidades para la acción, obteniendo con ello nuevos resultados.

.- Se motiva hacia el cambio para obtener un mayor nivel de satisfacción y felicidad.

En esto y, algo más, trabajo. Ahora con nuevo espacio, puesto con el mismo amor de siempre, pero más hermoso si cabe.

¿Nos encontramos?

 

Me espera el mundo, el mar y lo que amo,

la odisea feroz de ser feliz”

 

(Juan Vicente Piqueras)

 

 

Publicado en AUTORRELATOS
Jueves, 11 Junio 2020 19:33

AMOR INCONDICIONAL

 

A veces, vivimos en un epicentro donde nuestra mirada es incapaz de ver aquello que tiene más cerca. Quizás, podemos ver las necesidades ajenas, o al menos eso creemos, pero somos incapaces de ver las propias. Tal vez solo necesitamos, un poco de tiempo, algo de atención y una habitación propia (y no, no hay que ser Virginia Woolf). 

Se trata de entrar en contacto con nuestras raíces. Se trata de nutrirnos para permitir que nuestras hojas, nuestras ramas, crezcan altas y libres. 

Amarse a uno mismo, a una misma, forma parte de un proceso fundamental en nuestra vida que hará que podamos amar de una forma honesta a los demás. 

Es sentir una clase de amor que es INCONDICIONAL , un amor que nos corresponde por derecho propio, solo por el hecho de estar vivos, un amor que nadie nos puede quitar. 

Es muy complicado dar lo que no se tiene, y si una persona no siente AMOR HACIA SÍ MISMA, difícilmente podrá darlo. Podrá creer que está amando a los demás, sin embargo estará cayendo continuamente en la manipulación, las exigencias y el chantaje emocional. 

Cuando no hemos aprendido a amarnos incondicionalmente, buscamos fuera ese amor que añoramos, dándole un valor que muchas veces va en relación a cómo nos tratan o cuanto nos valoran. De este modo, quedamos expuestos a la evaluación externa y por tanto, dejamos nuestra FELICIDAD en manos ajenas, en lugar de responsabilizarnos de ella. 

Este tipo de dependencia nos perjudica, hasta el punto de ir mendigando amor y cariño; llamando la atención y emitiendo conductas complacientes, para obtener las miradas, el acercamiento y el cuidado de las demás personas. 

Te invito a hacerte estas dos preguntas: 

¿Depende mi valor personal de las causas externas? 

¿Creo que el hecho de amarme a mí mismo/a es un acto egoísta? 

Si tus respuestas son, SI, no eres el único/a, estas CREENCIAS son más comunes de lo que pensamos y nos hacen olvidar que el amor hacia los demás comienza por el amor a uno mismo, formando a su vez parte del amor hacia la humanidad. 

Incorporar el cuidado mutuo en nuestras vidas nos permite atender nuestras necesidades, sin poner por encima de ellas las de los demás. Para ello, resulta imprescindible conocerlas e indagar en ellas, aprender a atenderse. 

Cuando nos atendemos y comprendemos, somos capaces de NO JUZGARNOS ni culpabilizarnos por los errores que podamos haber cometido, emprendiendo un camino hacia la ACEPTACIÓN de lo que somos. Aceptar lo que somos, implica aceptarnos con nuestros defectos, descubriendo las destrezas, límites, habilidades, virtudes y recursos de los que disponemos. 

A través de la aceptación nos acercamos al amor incondicional, como un acto de COMPASIÓN y de entendimiento hacia lo que somos. Sin que las propias exigencias limiten nuestra capacidad para amarnos, y en consecuencia amar a los demás. 

Así, de una forma honesta, podremos establecer relaciones que no se basen en la búsqueda del reconocimiento. Queriéndonos, podremos entregarnos verdaderamente al acto de poder querer a las demás personas de una forma compasiva. 

Ama incondicionalmente, no pidas nada a cambio. Recibirás mucho sin necesidad de pedirlo -lo convertirás en otra cosa-, pero no seas un mendigo. En el amor sé un emperador. Solamente da y observa qué ocurre: recibirás mil veces más. Pero tienes que aprender el truco. De lo contrario seguirás siendo un avaro; darás un poco y esperarás recibir algo, y esa espera y esa expectación destruirán toda la belleza de tus actos”. -Osho- 

Amarse no depende de lo que te amen:

.- Nos han enseñado a tomar demasiado en serio lo externo para amarnos a nosotros mismos. Sin embargo, es importante saber que ni nuestros logros, ni nuestro éxito en la vida debería condicionar el querernos más o menos. 

.- Amarse a uno mismo, a una misma, tiene que ver con respetarse, entenderse, comprenderse y perdonarse. Aprender todos los días de nuestros errores nos ayudará a conectar con nuestro interior y enriquecernos. Cuando nos amamos de forma sana estamos preparados para amar a los demás, si no corremos el riesgo de caer en relaciones de dependencia y necesitar a la otra persona para ser feliz.  

Howard Gardner, padre de la teoría de las Inteligencias Múltiples, habla de la INTELIGENCIA INTRAPERSONAL. Se trata de una inteligencia que nos permite conocernos y bucear en nuestros sentimientos y emociones. Gracias a este tipo de inteligencia introspectiva podemos comprendernos y entendernos. Así pues, fomentar esta inteligencia en nosotros será de gran beneficio para aprender a amarnos. 

En definitiva, y este es el tip de hoy: Ámate de forma saludable, ámate incondicionalmente, y de esta forma aprenderás a amar a los demás sin dependencias ni exigencias.

 

¡SALUD!

 

 

Publicado en AUTORRELATOS
Jueves, 04 Junio 2020 17:40

EL MUNDO SUTIL

El mundo sutil tiene que ver con la mirada. El mundo sutil es donde reside la esencia. El mundo sutil es el presente, el gozo de cada instante.

Hoy os hablo de coaching, cambio de observador y mundos sutiles.

Dice Julio Olalla que, “los puntos cardinales del COACHING son: la confianza, la aceptación, la ternura y la gentil irreverencia”.

Cuando alguien llega a tu consulta, tienes la plena seguridad de que esa persona sabe todo lo que tiene que saber sobre el asunto que le trae, para resolverlo o para conseguir un mejor resultado que el que ha obtenido hasta el momento. En realidad, es el único capaz de encontrar respuestas para conseguir sus objetivos.

¿Para qué entonces un COACH?

Pues, entre otras cosas, para AYUDAR a la persona a REFORMULAR el problema; porque un asunto bien definido seguramente tiene una solución fácil, sin embargo, un problema al que aparentemente no le encontramos solución, muy probablemente haya sido formulado de una forma restrictiva y limitante. Se trata de buscar en una dirección distinta a la que habíamos seguido hasta ahora.

Esta reformulación, en un proceso de coaching, se hace a través de preguntas efectivas que PROPONEN al cliente reconsiderar esa antigua forma de definir su problema. Con ello provocamos un cambio de perspectiva que le permite descubrir enfoques diferentes.

Ante todo, le estamos otorgando poder y responsabilidad. Estamos situando a la persona en el centro del proceso, y eso facilitará que tome acción en su trabajo personal.

Pero (Y) no podemos olvidar que cada ser humano es un observador distinto. La realidad es la forma, más o menos definida, en la que cada uno, cada una, capta los hechos. Ante un mismo objeto, cada cual lo interpretará desde su experiencia, desde su sentir, desde lo que le dijeron desde pequeño que debía ser ese objeto. Cada cual le da su significado.

¿Qué es lo que nos hace ser uno u otro OBSERVADOR/A?

Evidentemente, nuestra posición en el mundo y la perspectiva que nos muestre: nuestra historia personal, nuestros valores, nuestras creencias, nuestras emociones, nuestros pasos, nuestros golpes, nuestro camino al andar.

Lo explica muy bien el cuento de “Los ciegos y el elefante”:

""Un grupo de ciegos se aproxima ante un mismo fenómeno que no habían conocido antes: un elefante. Para lograr describir ese fenómeno lo hacen de acuerdo a lo que pueden percibir, en este caso, a través del tacto, y así entender qué es un elefante. Y uno que tocaba la trompa, decía: “Un elefante es como una gran serpiente”. Otro que tocaba su pata delantera, se negaba ante esa descripción y argumentaba: “¡No!, es más bien como el tronco de una palmera”. Otro que tocaba una de sus orejas, decía: “¡Pero qué dices! Si es un enorme abanico”. Y por último, el cuarto ciego mientras tocaba los pelos de la cola, finalizaba: “¡Están todos equivocados! Es más bien como un ratón”".

Ya vemos que para algunos la “realidad” no es más que una gran serpiente, para otros un tronco de palmera, para los de más allá un enorme abanico y para los de aquí un simple ratón. Como dice Rafael Echeverría, vivimos en mundos interpretativos, no sabemos cómo son las cosas, solo sabemos cómo las observamos.

Ser observadores de la realidad nos lleva a ver el mundo de una manera particular. Nos lleva a relacionarnos de una manera específica que produce resultados específicos. Lo que conseguimos con un proceso de coaching es que, si esos resultados no nos satisfacen, simplemente encontramos una manera nueva, distinta, de “hacer” las cosas. Cambiamos de observador.

Hacer un CAMBIO DE OBSERVADOR no es simple, ni rápido, ni fácil. Necesitamos hacer cambios profundos revisando nuestras creencias, el sistema en el que nos relacionamos, la cultura a la que pertenecemos. En definitiva, tocar nuestros cimientos para, desde ahí, poder construir una nueva forma de situarnos en el mundo y poder obtener los resultados que deseo y ahora no estoy obteniendo.

La clave de este proceso, y yo diría de cualquier proceso de coaching, es el APRENDIZAJE.

No se trata de acumular conocimientos, evidentemente, estoy hablando de aprendizaje transformativo. Ese que provoca un impacto en nosotros y ayuda a transformar esos cimientos de los que hablábamos antes.

Es la clave para convertirnos en nuevos observadores de la realidad y que nos lleve a ver de forma diferente el sistema en el que estamos inmersos, permitiéndonos realizar acciones que nos ayuden a desarrollar nuestro potencial como personas.

Si tu mente está llena de conocimiento, estás siempre preparado para nada. Si está abierta, como la de los principiantes, estás disponible para todo. En la mente de los principiantes están las mayores posibilidades; en la mente de los expertos hay pocas” (S. Suzuki)

Para finalizar, os propongo un sencillo EJERCICIO para practicar el cambio de observador. Se trata de hacer un REENCUADRE de una situación determinada:

1.- Cojamos como ejemplo una expresión que seguramente muchos de nosotros usamos. Es el “temido”, “Si, pero...”

2.- Piensa en una situación positiva, agradable, bienvenida en tu vida. Por ejemplo: “Me han contratado en una gran empresa como jefa de departamento”.

3.- Apliquémosle nuestro patrón. La frase quedaría así: “SI, me han contratado en una gran empresa como jefa de departamento, PERO seguro que con la situación de crisis que vivimos el contrato no durará mucho”.

4.- Ahora, cambia la palabra “pero”, por “aunque”. La frase quedaría de la siguiente manera: “SI, me han contratado en una gran empresa como jefa de departamento, AUNQUE con la situación de crisis que vivimos, el contrato no durará mucho”.

5.- Observa hacia dónde va tu atención en uno y otro caso. Date cuenta de la importancia de nuestros pensamientos y de lo que nos decimos.

Mira lo que ocurre con este pequeño cambio de percepción.

Este caso es “facilito”, pero no siempre es así y se requiere de ayuda profesional. Te invito a practicar. ¿Cuál es tu “si, pero...”?

 

¡SALUD!

https://youtu.be/iLgLA-lLaXQ

Música: Savina Yannatou





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