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Viernes, 18 Febrero 2022 09:25

LOS JUICIOS Y LAS TRAMPITAS MENTALES Destacado

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Pero, ¿qué son los juicios? Pues lo primero que me viene es que son filtros que tamizan las experiencias que vivimos llegando a distorsionarlas. Esto nos lleva a etiquetar la situación o la persona implicada impidiéndonos percibir la realidad sin nuestros propios condicionamientos.

Se dice que nuestro cerebro recibe y procesa veinte millones de estímulos por segundo y tan solo cuarenta, si 40, son procesados a nivel consciente. Podríamos decir que esta, es la primera trampa de la mente.

A nivel inconsciente, creamos juicios automáticos y estos, casi siempre, suelen ser negativos para nosotros o las personas de nuestro alrededor.

Un dato a tener en cuenta es que la mente consciente puede operar en el presente, en el pasado y en el futuro, sin embargo la inconsciente va a lo suyo y solo puede operar en el momento presente, ¡ya!, ¡ahora!

Sabiendo esto, ¿qué podemos hacer? Pues lo primero sería invitar a esa mente consciente, con su capacidad de ir para allá y para acá, a estar en el presente, en el aquí y ahora, ¿os suena? Esto nos permitiría tomar distancia de los juicios, sobre todo de los que crea nuestra mente inconsciente, ampliando nuestro campo de visión y permitiéndonos soltar etiquetas y quitar fuerza a los pensamientos rumitativos que nos amargan la vida.

Estar en el NO-juicio no es fácil, seamos realistas, pero, ¿qué sería? Pues podemos decir que es distinguir la realidad de nuestras reacciones automáticas ante lo que sucede. Es no dejarnos llevar por viejos automatismos. Es poner atención a la experiencia sin atraparnos en nuestras propias ideas, opiniones o gustos.

No hay recetas, evidente, pero, qué tal si empezamos por:

. Nos comprometemos con la observación de cada experiencia en su totalidad, no nos implicamos ni nos identificamos con ella. Dejamos de evaluar nuestros pensamientos y emociones como “bueno” o “malo”. Consideramos que un pensamiento o emoción pueden ser solo eso.

. Además, evitamos categorizar, etiquetar, comparar. Se dice que las comparaciones son odiosas, yo digo que son miedosas.

. Practicamos la comprensión. Y yo añadiría, la compasión. Cultivar la compasión es reconocer mis imperfecciones, mi fragilidad.

. Tomamos conciencia de nuestra falibilidad. Nos detenemos antes de juzgar, comprendemos la situación y las motivaciones y cambiamos nuestra perspectiva: Humanidad compartida.

. Somos conscientes del poder de las palabras. Excluimos y evitamos términos negativos.

. Nos damos cuenta de los juicios que emito y nos preguntamos, ¿para qué?

En definitiva podemos decir que los juicios son ruidos mentales tóxicos y, además, equivocados. Son acciones que provocan sufrimiento y que muchas veces se relacionan con nuestras propias expresiones trágicas de necesidades insatisfechas, proyectándolas en los demás.

Si os apetece saber algo más sobre esto de los juicios y no-juicios, aquí os dejo el enlace del programa “Aprendiendo a vivir” donde tuve la ocasión de debatir con una serie de expertos sobre este, muchas veces, controvertido tema.

https://youtu.be/gH5vKcOwF74