Con el tiempo he aprendido que no se dice, “otro año”, igual que no se dice, “otra copa de vino”. El año, la copa, son únicos.
Hoy es el año cuatro y nada tiene que ver con el tres. También el cinco será distinto. Esta es la montaña rusa que nos (me) está tocando subir y bajar.
Sé que cada año que pase tendré menos calcetines, que los agujeros serán mayores. Ya casi se salen todos mis dedos. Me pregunto, ¿Qué será mí cuando la lavadora se haya tragado el último par?, ¿Qué será de mí cuando no pueda usar tu forro polar, idéntico al mío pero que es tuyo?, ¿Qué será de mí cuando tu móvil deje de funcionar?.
No soy como vosotras. Vosotras tenéis a vuestros estúpidos mariditos que os dicen “gordi”, “cari” o “tesoro”. El mío me llamaba, “bicho”.
Esos que os llenan la copa mientras contestáis como adolescentes malcriadas, “otra no, cariño, una sin, porfa”.
Mientras yo, paso la noche sola en el campo y enciendo la chimenea para calentar mi casa. Mi casa desangelada. Casi sorda de silencio. Y me dejo crecer el pelo. Y paseo sola por la playa.
No tenéis ni idea de quien soy, pero me gustaría ser vosotras.
COMO LOS TULIPANES
La vida
sigue creciendo
incluso después
de ser cortada.
(…) M. Leach